Cuando menos volteas páginas, nuevas historias se inician, siempre tuve desaciertos con el mes de octubre, hasta que llegaste tú, y logré nuevamente tener esa inspiración que hace mucho tiempo me había abandonado.
Sé que cada uno escribe su propio libreto, sus propios finales, arrancamos hojas, pegamos otras, y hoy escribo sobre ti, porque conoces ese lado mio que los demás desconocen, y que sé jamás saldrá de ti, debo confesar que me gusta tú compañía en mi vida y escribir esta nueva historia.
SÁBADO 17
Mi desconfianza y yo nos subimos a la estación del tren, ese que tantas vidas lleva y tantos problemas embarga, tenía la determinación de conocerte, quería ver si todos aquellos mensajes de texto no eran solo palabras escritas, si los buenos días entre risas y memes eran una señal del destino, si la preocupación del uno por el otro en episodios del día no eran solo reacciones al viento, si los te quiero al acostarnos eran solo un cuento que tú y yo habíamos creado, que tal vez la costumbre o nuestros corazones vacíos tomaron como cariño hacia el otro...no lo sé.
De algo sí estoy segura, de aquel abrazo sincero al vernos por primera vez, de las sonrisas, de tu corazón acelerado en mi oído (después de todo ser pequeña al lado tuyo va a mi favor), de ir de la mano, de los abrazos que siguieron y de los besos en cada estación, descargando sin darnos cuenta así nuestra mochila viajera de la vida, conversando como si la distancia nunca hubiera existido, como si las 4 horas solo fueran números al azar, me sentí libre a tu lado, sin prejuicios, ni ataduras...
DOMINGO 18
Sé que me esperaste en el cuarto de ese hotel (aún tengo todo en mi memoria del día anterior), las anécdotas en el camino, los besos, el televisor encendido, el chifa, el helado, los dulces que trajiste, mis audífonos, las sábanas, el brasier, las miradas, las caricias, las luces apagadas, mis zapatillas...la complicidad.
Podría pagar por ver tu gesto enojado por mi impuntualidad, podría volver a acompañarte solo por el deseo de caminar y que el día no termine, podría volver a cruzar ese puente equivocado solo por compartir las risas después, podría ir en ese taxi caluroso solo por ir de la mano hasta el terminal, podría sentarme contigo a esperar ese bus solo para que nos abracemos , podría volver a repetir ese domingo solo por el simple placer de sentir la libertad que tenía a tu lado.
FEBRERO
No siempre estamos dispuestos a los cambios, aún guardaba la idea de llevar a la realidad todo lo que pensábamos, pero supongo que más pudo la coraza del orgullo que ambos tenemos, nadie quiere ser más débil que el otro, nadie quiere sentir que da más...
Y es que esto del amor y lo que conlleva no es fácil, no es algo que todo el mundo ande buscando y encontrando en cualquier lugar (al menos no para mi)
El amor también consiste en lanzarse al vacío para aprender a volar y ese día rompí mis propias barreras, mis propios escudos, esos que a veces me bloquean y no me dejan avanzar, quería seguir permitiéndome estar en tus días, quería seguir escribiendo nuevas historias, pero no se puede remar de un solo lado, espero cerrar el círculo sin dañar a nadie y como diría esa frase: "vamos a desarropar todos los abrazos". Cierro capítulo.